
Hay a menudo juicios directos de Dios y por ello el profeta dijo: "luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia",
Isaias 26:9. Sin embargo, tales juicios son muy frecuentemente considerados como
fenómenos naturales, meros accidentes o calamidades, sin reconocimiento alguno de Dios y son pronto olvidados. Debieran servir para advertir a los hombres; asi como a menudo caen las lluvias ligeras antes de una tormenta, estos frecuentes juicios son solo heraldos de la gran tormenta de la ira de Dios que ciertamente caerá sobre este mundo culpable cuando se derramen las copas de su indignación,
Apoc. 6-20.Tomado del Dic. Bíblico ilustrado de Vila y Escuain (Clie).
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